«Soy María Peredo Guzmán, originaria del valle de Cochabamba Bolivia, bajo la montaña del Tunari. Mi ciudad está enfermando debido a un río contaminado durante casi un siglo y una laguna llamada Alalay, también afectada. Aunque crecí en la ciudad, mis frecuentes viajes a la montaña y al valle bajo, me dejaron una impresión duradera de la vitalidad de lugares mágicos como el Chapare, donde todo está vivo, y la noche es como un ser respirante y devorador. Me identifico como artista transdisciplinar, performer, investigadora y viajera, y en el presente, mi interés es el encuentro con lo que algunos llaman naturaleza, y que yo prefiero denominar como Diosas.«

María Peredo participa de la residencia Balao en la montaña gracias al apoyo de Iberescena

BALAO EN LA MONTAÑA – Programa 2024

Podría trazar un pequeño mapa de  rituales mínimos e íntimos, diarios que se entrelazaron con varios otros realizados con mis compañeros. 

Rituales normados y con procedimiento, rituales improvisados y descubiertos a medida que los realizábamos, juegos banales. Conecto tres palabras con una misma raíz: Gesto/Gestación/Gestión

Gestos de reacción, de relación, de propiciaron, de invitación. La gestación de una o varias posibles obras, artículos y prácticas.

La gestión de emociones e ideas transformadas en palabra, movimiento, coreografía. 

La gestión del convivio. La gestión maravillosa de varias capas de tejidos para hacer posible nuestra presencia y convivencia.

¿Qué impulsos me provoca el clima, la textura del suelo, los sonidos y presencias animales? ¿Qué diálogos he tenido, hablados y no con mis compañeras y con otros seres? ¿Cuánto de ambas modalidades de encuentros han afectado mi psique, mi cuerpo, mi movimiento, mis formas de pensar-me, de imaginar mi futuro, de asumir mi práctica? ¿Cómo reacciona el cuerpo ante la comida recién preparada? ¿Ante el canto del gallo, el vuelo del búho, la mirada de la vaca? ¿Qué involucración tuvo la perra Preta con el grupo? ¿No se consideró acaso una residente más?  ¿Qué implicaciones tiene ampliar nuestra red de afectos e intereses, y qué efectos a mayor escala produce en el devenir de nuestro trabajo?

De mi proceso vincular con algunos arboles resultó un protocolo de atención que pude compartir con mis compañeros residentes y en la apertura de proceso in situ.

Cerezo en Flor

Avepuerto

¿Qué nos hace florecer?

Los cantos lejanos y rítmicos

Se florece en secreto o más bien en lentitud

En todas las edades

El florecer es lento y suave

Agua 

ríos mínimos 

que nos conectan

El tacto de las plantas no es el de las flores

Los espacios vacíos entre las ramas

Las aves que vienen a jugar

Todas estamos de pie

Florecidas, fructíferas, marchitas, nacientes

Todas volamos

Con alas diminutas o coloridas o plumíferas

Volamos, con el sonido, con la imaginación

Todas tocamos

Con las yemas de los dedos, de las patas, de las garras

Con la corteza 

Escuchar con los ojos de la piel

Escuchar 

con los ojos 

de la piel

Atravesamos el espacio con la voz

De tres salieron seis

Locutorio transespecie

La ruta natural se presentó al inicio como un modus operandi: buscando las formas de prestar atención al camino, a las intuiciones, a las señales. Y luego retornar por el mismo camino después de lo vivido.

En la práctica, se me aclaró que en realidad la ruta natural es un estado especial al que se llega a medida que me adentro en la naturaleza, mi naturaleza.

Hay un momento en que el pié toma la decisión de pisar más suave o de deslizarse, en que el cuerpo ya no se mueve por una voluntad interior o propia, sino que se mueve en conjunto con otros cuerpos, no sólo humanos. Un momento de lo pre-cultural, más bien biológico y a la vez esotérico, en que respiro con la montaña. Un momento en que escucho tambores sonar y me pongo a bailar, y me doy cuenta de que ese latir es literalmente el latido de mi propio corazón. Y el de mi compañero de aventura. Y el de los niños a mi alrededor, y el de los perros, y el de la montaña. 

La investigación me llevó a la constatación de la interdependencia que tenemos con otres humanes y con seres más que humanes. 

A la comprensión de que la fe es un acto de constancia, presencia, y atención de cualidades similares al activismo.